domingo, 17 de agosto de 2014

La asesina

Capítulo 3


-Necesito cambiar de instructor. -Dijo apareciendo en el despacho de la directora. 

-¿Qué? ¿Porqué? ¿No estás a gusto con Dimitri? -La miró de arriba a abajo,ya que estaba con la camiseta rota,ramas en el pelo y la cara bastante magullada.

-Estoy enamorada de él.- Le dice nerviosa.

-Entiendo... Has hecho bien en decírmelo,Lucy. -La miraba intrigada.- Aunque... ¿No puedes soportar la presión? ¿No puedes reprimir esos sentimientos? 

-No,no puedo. -Dice seria. 

-Pues me temo que tendrás que hacerlo. No puedo cambiarte de instructor. Tus padres fueron muy precisos con sus instrucciones. Querían al mejor y tienes al mejor. Deberás aguantar,solo te queda un año para terminar el entrenamiento. 

-¡No quiero estar con él! -Se exalta.- ¡Necesito a alguien a quien no quiera arrancarle la ropa! -Dijo nerviosa.

-Estoy de acuerdo con ella.- La voz firme de Dimitri había hecho eco en aquel enorme despacho. 


-Me temo que no puedo hacer nada. Tendréis que seguir trabajando juntos. 

-¿Y si hacemos algo que no debemos hacer? -Dijo Dimitri con voz dura. 

-Será bajo vuestra responsabilidad. Lucy sigue siendo alumna de esta institución,pero también es adulta. Ya tiene dieciocho años. Es responsable de sus actos. -Dijo dando por terminada la conversación.

-Mierda... -Lucy salió del despacho dando patadas al suelo. 

Lucy se había saltado las clases durante las dos siguientes semanas. A pesar de que Dimitri iba a buscarla para entrenar,ella decía que estaba enferma. Algo nada creíble,ya que los asesinos,jamás se ponían enfermos,a no ser que fuese por su estado de ánimo. Y el estado de ánimo de Lucy era pésimo. Sobre ella y Dimitri caía una tremenda maldición,una maldición que ellos no sabían. Si alguno de los dos estaba triste,el otro se sentía triste también,sin saber porqué. Si el otro se sentía enamorado,el otro también,pero siempre eran sentimientos que se compartían entre ellos. Estaban destinados a estar juntos,pero ninguno lo sabía,solo la directora y... Los padres de Lucy. Una antigua profecía,les hacía estar unidos,pero a la vez,separados por el duro trabajo que les deparaba el futuro. Los dos estaban destinados a estar juntos,pero... Según la profecia,en el momento en que ellos estuviesen juntos,un terrible mal amenazaría al mundo,ya que ellos estarían débiles viviendo su amor,con la guardia baja. ¿Podían ellos superar esa profecía? ¿Podrían ser una pareja normal? 

Los días seguían pasando y Lucy sabía que algún día tendría que salir de esa habitación. Había perdido el apetito y se había pasado gran parte del tiempo tirada en la cama sin querer hacer nada. Sin embargo,ya era hora de levantarse y enfrentarse a Dimitri. Se duchó,se arregló lo mas decentemente que pudo y fue directa a la clase. Ahí se encontró a Dimitri con una alumna que ella no conocía,y estaba tocando a Dimitri de una forma que a Lucy no le gustó nada. Lucy tosió y por primera vez,vio a Dimitri apartándose de la chica bastante agitado y rojo. ¿Se estaban besando? Lucy no se podía creer lo que acababa de ver. A pesar de eso,decidió ser fuerte... 

-¿Empezamos o qué? -Dijo como si no hubiese visto nada y forzando una sonrisa. 

-¿No te has enterado? -Dijo la extraña chica.- Dimitri ya no es tu instructor. Ahora es mio. -Dijo dejando a Lucy helada. 

-Ahora estás sola. -Dijo Dimitri aun algo agitado.- Puedes entrenarte sola. Ya eres capaz de matar a miles de vampiros. No me necesitas. Ni a ningún otro. -Su voz la había dejado mas helada si se podía. 

-Tienes razón,no te necesito. Nunca lo he hecho. -La mirada que le envió Dimitri,fue la gota que colmó el vaso. - Ahora es mi turno. Este gimnasio lo pagaron mis padres para mi. Así que fuera. -Dijo fría,metiéndole un puñetazo al saco de boxeo. - He dicho que fuera,¿o quieres que te destroce la cara? -Le dijo a la chica que la miraba con horror. 

-No,no... Ahora nos vamos. Dimitri... -Le puso la mano en el pecho.- Vamos a otro sitio,¿vale?

-Será lo mejor. Lucy siempre ha sido una egoísta. -La mira y salen los dos. 

Lucy se quedó destrozada,cuando la puerta se cerró,no pudo evitar desmoronarse. Había perdido totalmente cualquier oportunidad de intentar llevarse bien con Dimitri. Sabía que ya no había vuelta atrás,todo se había acabado. Ahora Lucy estaba sola... 

Habían pasado tres meses desde el encuentro en el gimnasio. Lucy tenía tanta rabia acumulada que se pegaba horas en el gimnasio,machacando cualquier cosa que tenía por delante. Había destrozado mas de veinte sacos de boxeo entre puñetazos,patadas... Sus ataques de agresividad,eran cada vez mas bruscos. Y por los rumores que corrían en la academia,se había enterado de que Dimitri seguía entrenando a esa rubia tonta que no parecía saber ni que era una raíz cuadrada. Lucy solo pensaba en partirle la cara a esa muñequita rubia,pero sabía que eso no formaba parte de su entrenamiento,y para ella era una pena. 

Salió casi de madrugada del gimnasio,estaba agotada y sedienta. Llevaba varios días sin alimentarse,ni sangre,ni comida humana. Por lo que no se encontraba en su mejor momento. A pesar de eso,la rabia era lo que la hacía estar en pie,pero ya no podía evitar comer durante mas tiempo,su cuerpo se estaba debilitando. Y todos la miraban,poruqe su cara estaba mas pálida de lo habitual y había bajado mucho de peso. Parecía tan frágil como una copa de vino. Al salir,escuchó ruidos. Ruidos que no deberían oírse a esas horas de la noche. Un grito desgarrador la alertó y fue directa hacia el barullo. Cuando se quiso dar cuenta,mas de 40 vampiros la estaban rodeando... Una humana estaba tirada en el suelo desangrándose y la sangre la alertó.Su instinto le decía que debía comer y esa chica ya estaba casi muerta,pero sabía que no debía beber de un humano de esa manera. Se enfrentó a varios vampiros,pero las fuerzas se le iban con cada puñetazo que daba. Hasta que se debilitó por completo y todo se volvió oscuro al sentir unos colmillos fríos en su cuello... 

1 comentario:

  1. Ostras... ¿por qué siempre las rubias se meten en todo? ¡No es justo! ¿Por qué le muerden? ¡Lucy!

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